El Concejo Deliberante aprobó por unanimidad la denominación Parque Ambiental María Noel Móbili Tulián para el predio donde funcionaba el antiguo Zoológico Municipal, ubicado en calles 44 y 25. La decisión responde a un pedido formal de familiares, amigos y vecinos que integraron la agrupación “Cerremos el Zoológico”, espacio del que María Noel fue una de las impulsoras más jóvenes y comprometidas.
La concejala Silvana Desimone fundamentó el proyecto destacando que la propuesta “nació de vecinos y vecinas que durante muchos años llevaron adelante un enorme trabajo para cambiar la forma de ver a los animales en cautiverio”. Recordó que María Noel, siendo estudiante secundaria, se sumó a ese movimiento incipiente y convocó a otros jóvenes a participar.
Desimone relató que, en aquel tiempo, las acciones incluían volanteadas cada fin de semana en la puerta del zoológico, charlas en escuelas y radios, y reuniones abiertas para visibilizar la situación de los animales. “Ella fue parte de ese cambio de época en Colón, un cambio de mentalidad que se construyó de a poco”, señaló.
La edil también compartió una experiencia personal: Noel había sido su alumna en un curso donde se trabajaba el tema de la participación ciudadana. Fue ella quien invitó a su docente y a otros jóvenes a sumarse a las primeras movilizaciones. “Con esa pequeña invitación, nos enseñó cómo se podía transformar una realidad que dolía”, recordó emocionada.
La decisión del Concejo se da luego del cierre definitivo del zoológico y del traslado de los últimos pumas que permanecían allí, hecho que marcó el fin de un largo proceso de reconversión. Según Desimone, la colocación del nombre de María Noel “cierra un ciclo muy significativo para la ciudad”.
Desde todos los bloques se anticipó el acompañamiento.
La concejala Claudia Neco expresó que el reconocimiento “hace justicia con el trabajo y la sensibilidad que tuvo María Noel en su momento”.
Por su parte, Alicia Franco remarcó que el proyecto fue conversado con la familia y que el gesto “genera una emoción muy grande”, especialmente para el padre y la abuela de Noel. “No es normal que los animales estén encerrados en una jaula, con calor y sufriendo. Este parque es un símbolo de ese cambio”, afirmó.
Contenido de la ordenanza aprobada
- Artículo 1: Se aprueba la denominación Parque Ambiental María Noel Móbili Tulián para el predio del ex Zoológico Municipal.
- Se agrega como anexo el plan general de la obra en desarrollo.
Desimone concluyó que el nombre de María Noel “quedará en la memoria de todos los colonenses cada vez que pasen por ese lugar”, como recuerdo de una joven “amorosa, luchadora y profundamente comprometida con el bienestar animal”.
27/11/25 Un nombre que marca un cambio de época
La decisión de nombrar Parque Ambiental María Noel Móbili Tulián al predio del ex Zoológico Municipal no es un simple acto administrativo. Es, en realidad, una señal clara de hacia dónde quiere mirar la ciudad: hacia un futuro que deja atrás el encierro animal como entretenimiento y abraza una nueva sensibilidad ambiental y ética.
Durante décadas, el zoológico fue parte del paisaje cotidiano de Colón. Para algunos, incluso, un paseo familiar. Pero esa normalidad sostenía una realidad incuestionable: animales viviendo en condiciones indignas, enjaulados, expuestos al calor, al sol, a la soledad y al deterioro. El cierre del zoológico no ocurrió de un día para el otro. Fue la consecuencia de un lento despertar colectivo, un cambio cultural que necesitó voces insistentes, perseverancia y una cuota enorme de empatía.
Entre esas voces estuvo la de María Noel Móbili. Una adolescente que, cuando muchos naturalizaban lo que ocurría puertas adentro del predio, se animó a verlo con otros ojos. Y a invitar a otros a hacer lo mismo. Su participación en la agrupación “Cerremos el Zoológico” fue la semilla de un movimiento que logró lo que parecía imposible: correr el límite de lo aceptado, abrir un debate que incomodó y, finalmente, transformar una política pública.
Nombrar el parque con su nombre es reconocer que los cambios profundos no siempre vienen de arriba. Que muchas veces son los vecinos, los jóvenes, los que encuentran la valentía de decir “esto no está bien” cuando nadie más lo dice. Y que esos gestos, aunque parezcan pequeños, terminan empujando transformaciones duraderas.
El traslado de los últimos pumas hace apenas unas semanas fue el cierre de una historia que había dejado heridas visibles. La inauguración futura de un parque ambiental en ese mismo lugar, bajo el nombre de una joven comprometida, cierra el círculo y abre otro: el de la responsabilidad de construir un espacio que honre su lucha y refleje una nueva relación con la naturaleza.
Noel no está, pero la ciudad la recuerda. Y al hacerlo, también se mira a sí misma y reconoce que la empatía, cuando se convierte en acción colectiva, deja huellas. Esta ordenanza no solo bautiza un predio: coloca un mojón en la memoria social que dice, con claridad, que Colón eligió evolucionar.
En tiempos donde cuesta encontrar consensos, que todos los bloques hayan acompañado esta decisión no es un dato menor. Es la prueba de que hay causas que trascienden la política y pertenecen a la comunidad.
Y de que, a veces, los homenajes no solo honran a quienes ya no están, sino también a lo mejor de quienes quedamos.