El debut de la boleta única de papel en una elección nacional despejó todas las dudas e interrogantes que se habían planteado antes del comicio. El sistema funcionó sin mayores inconvenientes, permitió agilidad en el escrutinio provisorio y, sobre todo, hizo más rápido el trámite individual para emitir el voto: no se necesitaban más de dos minutos para completar el proceso.
El nivel de seguridad y transparencia no se vio afectado, por lo tanto, el balance es claramente positivo. En la próxima elección serán más las cruces a marcar, pero para entonces ya contaremos con la experiencia de lo ocurrido ayer.
