La reconocida cantora será la figura central de los festejos por un nuevo aniversario del Partido de Colón. El espectáculo se desarrollará en el Polo Cultural, el domingo 2 de noviembre, donde el público podrá disfrutar de una de las voces jóvenes más destacadas del folclore argentino.
Hija y nieta de colonenses, Milena expresó su alegría por volver a sus raíces y anticipó una presentación llena de emoción y música.
—Milena, ¿cómo recibiste la invitación para participar en el aniversario del Partido?
—Muy emocionada y feliz de que me tengan en cuenta. Después de muchos años de no poder volver a Colón —principalmente por la pandemia, el trabajo y los tiempos de la vida— siento una gran alegría de poder hacerlo. Voy a ir con mi mamá, que me acompañará, y también podré ver a mi familia. Cuando era chica mi abuela Norma me llamaba mucho, y hasta la adolescencia viajé varias veces a Colón. Por eso sé que será una experiencia muy emotiva. Además, será la segunda vez que canto allí; la primera fue hace unos diez años.
—¿En qué estás trabajando actualmente?
—El folclore sigue siendo lo esencial, aunque en mi segundo disco incorporé otras influencias. Mi primer disco tiene una raíz más tradicional, del norte y latinoamericana. En el segundo hay canciones propias y de colegas, con una propuesta más diversa. Hoy sigo en ese camino: canciones para escuchar, obras de amigos y también temas para bailar. Me gusta que el público pueda disfrutar de ambas cosas.
—¿Cómo se desarrolla hoy tu actividad artística fuera de los escenarios?
—Pienso primero en el deseo: qué tengo ganas de hacer. Y después, en la demanda, en lo que la gente quiere escuchar. Busco canciones, compongo, escucho y decido. También surgen colaboraciones, algunas por amistad o admiración, otras por invitaciones más ligadas al mercado. Trato de elegir con cuidado y de ser coherente con lo que quiero transmitir.
—¿De dónde provienen los recursos para sostener una carrera independiente?
—Antes se vivía de vender discos y salir a cantar. Yo viví esa transición: tener el disco físico, venderlo y luego pasar a lo virtual. Hoy lo que me sostiene es cantar, salir de gira, organizar conciertos. Es un trabajo arduo: buscar lugares, recibir llamados, coordinar con el equipo que trabaja conmigo. Hacer un disco sigue siendo carísimo, como comprarse un auto. Siempre fue un privilegio poder grabar. A veces hay que pedir ayuda o endeudarse, y muchos colegas complementan con otros trabajos. Pero la clave sigue siendo salir a cantar.
—Tu carrera se caracteriza por la independencia y la autogestión. ¿Cómo lo vivís?
—Siempre elegí qué cantar, qué grabar y con quién trabajar. Nunca tuve una gran productora detrás, y aunque eso puede facilitar algunas cosas, también implica resignar decisiones. Prefiero manejar mi camino con libertad. No romantizo la autogestión, pero me da la tranquilidad de ser fiel a lo que quiero hacer.
—¿Quiénes te acompañarán en el show de Colón?
—Trabajo desde hace años con mi hermana, que es violinista y cantora. También está un amigo de toda la vida, alumno de mi papá cuando era chico; es como un hermano para mí. Se suman Elías Navarrete, un joven músico del sur de Viedma que estudia en La Plata, y Fede Macchi, que está en la banda hace unos cinco años. Somos cinco en total, además del sonidista, el productor y mi mamá, que esta vez va solo a disfrutar (aunque le propuse que cantara conmigo).