El fallecimiento de Leila, una joven de 23 años, encendió las alarmas sobre los desafíos que enfrenta la salud mental en nuestra sociedad y las graves consecuencias que puede acarrear. Su decisión de quitarse la vida nos lleva a reflexionar y buscar respuestas en especialistas que puedan ofrecer perspectivas sobre este complejo panorama.
Eduardo Laborato, licenciado en Psicología especializado en consumos problemáticos y miembro de la Asociación Argentina de Justicia Terapéutica, compartió su análisis sobre el estado actual de la salud mental en el país. Laborato explicó las dificultades que enfrenta el sistema de salud para abordar problemas como los consumos problemáticos y el aumento de casos de suicidio.
“El Estado está, en mi opinión, rezagado frente a la creciente demanda en salud mental y consumos problemáticos”, señaló Laborato. Mencionó que, aunque existe una Ley de Salud Mental desde 2010, su implementación sigue enfrentando desafíos significativos, como la falta de financiamiento, infraestructura y equipos interdisciplinarios.
Abordajes interdisciplinarios: avances y limitaciones
Laborato destacó programas emergentes, como los impulsados por SEDRONAR en colaboración con el Ministerio de Justicia, que buscan abordar estas problemáticas desde un enfoque interdisciplinario y con la participación del Poder Judicial. Sin embargo, señaló que estas iniciativas aún son incipientes y requieren mayor sensibilidad social y voluntad política para expandirse a nivel local y nacional.
“La primera intervención del Estado a menudo ocurre cuando las personas ya están en crisis, ya sea a través de la policía o los servicios de emergencia”, explicó. Esto subraya la necesidad de una red de contención más amplia que pueda ofrecer acompañamiento continuo y evitar que los problemas se cronifiquen.
El rol de la comunidad y el entorno cercano
Ante la pregunta de cómo los amigos o familiares pueden ayudar a una persona en crisis, Laborato enfatizó la importancia de escuchar activamente: “Cuando alguien expresa ideación suicida, es crucial tomarlo en serio y buscar ayuda profesional lo antes posible”. También destacó que, aunque estas expresiones puedan parecer un llamado de atención, representan un pedido de ayuda que no debe ser ignorado.
El especialista subrayó que cada caso es único y puede estar influido por múltiples factores, como trastornos depresivos, consumos problemáticos, crisis emocionales o económicas. Por ello, el acompañamiento cercano y el acceso a recursos profesionales son esenciales para garantizar un mejor pronóstico.
Conclusión
El caso de Leila nos enfrenta a una realidad que no podemos ignorar: la salud mental debe ser una prioridad social y política. Mientras tanto, programas interdisciplinarios y el compromiso de la comunidad pueden marcar la diferencia en la vida de quienes enfrentan estas problemáticas.