El área de Salud Mental debió intervenir nuevamente ante la situación de una persona que —según se indicó— atraviesa un cuadro de profunda depresión.
El hecho genera preocupación porque se trata de un caso reciente que ya había tenido amplia repercusión en la comunidad. En esta oportunidad, la intervención volvió a ocurrir en un espacio público: una construcción abandonada, lo que motivó la movilización de distintas fuerzas locales.
El edificio ubicado en la intersección de calles 50 y 14 volvió a ser objeto de comentarios en las redes sociales, donde muchos vecinos reclaman una solución definitiva. Coincidimos en que el lugar necesita mejoras, que su propietario muestra desinterés por la estética urbana y que las autoridades, desde hace años, no han logrado o no han querido aplicar medidas efectivas.
Sin embargo, es importante subrayar que la situación de salud mental de la persona involucrada no debe confundirse ni vincularse con el estado del inmueble. Se trata de una problemática humana y sanitaria, independiente del sitio donde ocurre.
