Laura Luciani, directora de la Escuela de Historia de la Universidad Nacional de Rosario, cuando fue consultadas sobre as acusaciones que existen “cajas negras” en las universidades, como sugirió Javier Milei, afirmó “que todas las cuentas de las universidades deben ser transparentes, ya que el presupuesto proviene del dinero público, y cualquier ciudadano tiene derecho a saber cómo se utiliza”. Aunque apoya la idea de auditorías, señala que “este argumento se usa para justificar un desfinanciamiento progresivo de las universidades públicas, sin un verdadero interés en mejorar sus condiciones”.
Luciani explica que el 85% del presupuesto de las universidades se destina a salarios docentes, y que estos sueldos no son altos. La mayoría de los profesores trabajan en otras áreas para complementar sus ingresos, y aún así, se espera que investiguen y se formen constantemente. Señala que, aunque es importante auditar el uso de los fondos, esta no debería ser una excusa para atacar a las universidades públicas.
Rechaza la idea de que solo la clase media alta o alta accede a la universidad pública. Según su experiencia, la mayoría de los estudiantes son trabajadores que se esfuerzan por estudiar mientras sostienen a sus familias. Además, destaca que las universidades públicas ofrecen servicios esenciales, como comedores y pensiones, que ayudan a hacer más accesible la educación.
Finalmente, lamenta que, a pesar del apoyo social a la educación pública, se está produciendo un vaciamiento presupuestario que afecta tanto a los docentes como a la infraestructura universitaria.