Silvia Sabetta, presidenta de Rescatando Hocicos (ex APPEVA), compartió detalles sobre la actualidad de la institución, los desafíos que enfrentan y la problemática del maltrato y abandono animal en Colón. En una entrevista, Sabetta explicó cómo la asociación ha evolucionado y qué obstáculos persisten en su lucha por proteger a los animales.
Rescatando Hocicos nació tras un cambio legal que obligó a la institución a modificar su nombre original, APEVA, debido a que este ya estaba registrado. “Lamentamos no poder seguir usando APEVA, un nombre que estaba muy instalado en Colón, pero tuvimos que votar entre los integrantes y elegimos Rescatando Hocicos. Seguimos siendo las mismas personas, con la misma tarea y el mismo objetivo: rescatar y ayudar a los animales, especialmente a los perros víctimas del maltrato y el abandono”, explicó Sabetta.
La sociedad: ¿Evolución o involución?
Sabetta reflexionó sobre el comportamiento de la sociedad frente al maltrato animal. “Creo que, como en todo, la sociedad está dividida. Hay una parte que nos ayuda muchísimo: adoptan, colaboran económicamente o nos apoyan en las tareas de rescate. Pero también hay otra parte que abandona y maltrata a los animales de manera liviana. Nos llaman a diario para decirnos: ‘Acá hay un perro abandonado, yo no lo quiero tener’, o ‘Tiraron una perra con cachorros, no me puedo hacer cargo’. Eso es una involución tremenda”.
La presidenta de Rescatando Hocicos destacó la falta de empatía y responsabilidad de algunas personas. “Nos llaman como si tuviéramos la obligación de hacernos cargo, sin importar si es domingo a las dos de la tarde o sábado a la madrugada. Muchos no entienden que somos un grupo de voluntarias, no somos funcionarios públicos ni cobramos sueldos. Disponemos de nuestro tiempo, nuestros vehículos y nuestros recursos para ayudar, pero esto es un problema social que requiere de un Estado presente”.
El cuello de botella de la adopción
Uno de los mayores desafíos que enfrenta Rescatando Hocicos es la falta de adopciones. “Tenemos un espacio limitado lleno de animales adultos y sanos que ya han sido rescatados, curados y rehabilitados. Pero si la gente no los adopta, no podemos rescatar a otros animales que están en mal estado en la calle. Es un cuello de botella”, explicó Sabetta.
La asociación publica constantemente en sus redes sociales a los animales disponibles para adopción, pero el ritmo de adopciones es lento. “Damos dos en adopción y entran cuatro nuevos. Es una situación que nos sobrepasa”, agregó.
Denuncias de maltrato: un círculo vicioso
Rescatando Hocicos también se enfrenta a la frustración de las denuncias por maltrato animal que no prosperan. “Hace poco tuvimos una reunión con el Ejecutivo, Fiscalía, Juzgado de Faltas y Sonosis (Servicio de Protección Animal) para discutir este tema. Aunque las denuncias se toman, muchas terminan archivadas por falta de seguimiento. Sonosis, por ejemplo, está solo y sin recursos, lo que limita su capacidad para actuar”, detalló Sabetta.
La presidenta de la asociación explicó que, aunque los vecinos pueden denunciar directamente, muchos prefieren llamar a Rescatando Hocicos. “Nosotros hacemos la denuncia, pero el proceso es lento y poco efectivo. Necesitamos que el Estado asigne más recursos y que las denuncias tengan un seguimiento real”.
El rol del municipio y las expectativas
Sabetta reconoció que la actual gestión municipal ha dado algunos pasos positivos, como la creación de Zoonosis y el programa Huellitas, que realiza castraciones móviles. Sin embargo, criticó la falta de continuidad y recursos. “Empezaron bien, pero se quedaron a mitad de camino. Las castraciones se limitan a animales de personas conscientes, no llegan a los lugares donde hay animales amontonados y en mal estado. Además, el canil municipal no está publicando animales en adopción, algo que solo hacemos nosotros”.
La presidenta de Rescatando Hocicos también señaló problemas en el canil municipal, como la falta de sombra y fumigación adecuada. “Hemos planteado estas necesidades al Ejecutivo, pero los avances son mínimos. Esto no es un tema de recursos, sino de voluntad política”.
El futuro de Rescatando Hocicos
A pesar de los desafíos, Sabetta se mostró optimista sobre el futuro de la asociación. “Ahora que tenemos personería jurídica, esperamos acceder a subsidios y colaboraciones con empresas. Nuestras metas a mediano y largo plazo incluyen tener un vehículo propio para rescates y un lugar propio para los animales, ya que actualmente estamos en un espacio prestado que podría ser reclamado en cualquier momento”.
Además, Sabetta enfatizó la necesidad de campañas de concientización permanentes, multas para quienes abandonen o maltraten animales, y una mayor presencia del Estado en la problemática. “Necesitamos que el Estado se meta en los lugares más críticos, donde hay animales en mal estado y dueños irresponsables. Mientras tanto, seguiremos haciendo lo que podamos, pero esto nos sobrepasa”.
Un llamado a la sociedad
Sabetta concluyó con un mensaje para la comunidad: “Necesitamos que la sociedad evolucione y tome conciencia. El abandono y el maltrato animal son problemas que nos afectan a todos. Si cada uno pone su granito de arena, podemos construir una sociedad más justa y compasiva con los animales”.
Rescatando Hocicos sigue siendo un faro de esperanza para los animales maltratados y abandonados en Colón, pero su labor requiere del apoyo de toda la comunidad y de un Estado más comprometido. La lucha por los derechos de los animales continúa, y asociaciones como esta son fundamentales para lograr un cambio real.