Primero llegó la reducción de personal, generando la lógica molestia de los usuarios que, en algunos casos, debían esperar en largas colas hasta la calle para ser atendidos por la única persona que quedó en la oficina. Pero, a pesar de este inconveniente, la situación se agravó: ahora el Correo solo atiende tres días por semana.
No son buenos tiempos para las empresas del Estado, y el Correo Argentino, que es una empresa pública constituida como Sociedad Anónima con el Estado Nacional como único accionista, no es la excepción. Se encuentra en la mira de Javier Milei, quien ha manifestado su intención de privatizarla, a pesar de la resistencia del Congreso. Mientras tanto, se avanza con un fuerte recorte de personal: entre retiros voluntarios y despidos, ya se han ido 4.270 empleados de una plantilla original de 16.858, según fuentes confiables, y el plan es reducirla aún más.
Por el momento, y quizás debido a su rol en los procesos eleccionarios, el Correo continúa operando en estas condiciones. Sin embargo, la pregunta que muchos se hacen es: ¿hasta cuándo?.