Ayer por la mañana llegaron 50 gallinas ponedoras al Rancho Museo La Palmira dónde, donde funciona el dispositivo laboral el “Gran Gallinero”.
De esta manera desde la Dirección de Salud Mental y el Centro Comunitario de Salud Mental y Consumos Problemáticos continúan reforzando políticas de cuidados con proyectos de vida que incluyan a todas las personas.
Se trata de una de las acciones que desarrolla Salud Mental en la ciudad. Ya estaba en funcionamiento pero, lamentablemente, las gallinas aparecieron muertas se supone por algún animal. Ahora han sido repuestas.
Las gallinas son parte de la terapia
La llegada de las gallinas al Rancho La Palmira la de continuidad a uno de los talleres que se impulsan desde Salud Mental de la Municipalidad. El responsable del área, Mario D’ Ángelo, habló del funcionamiento de la institución:
“Adherimos y trabajamos con los lineamientos de la Subsecretaría de Discapacidad de la Provincia de Buenos Aires que adhiere a la ley nacional de salud mental. Esta ley (del año 2010) marca un nuevo posicionamiento, sale del paradigma de ir al psicólogo o psiquiatra como la solución y se impone un modelo que tiene que ver con la atención y el seguimiento de esa persona en la sociedad de acuerdo a distintas propuestas que llevamos adelante, dejando de lado el encierro”.
Para abordar la problemática dijo que cuentan con distintas líneas de atención, “el Servicio de Acceso a la Salud mental, con cinco psiquiatras, seis psicólogas y una psicopedagoga, la atención en las Salitas de los barrios también con personal especializado. Antes – sostuvo – era sacar un turno y la persona era derivada a la atención, ahora con la creación de la Dirección estamos trabajando con la atención primaria, además, se busca seguir la trayectoria de esa persona, no alcanza con solamente ir una o dos veces a la consulta con el profesional, la idea es armar proyectos comunitarios, abiertos a la comunidad, en los que existen diferentes talleres como por ejemplo cocina, yoga, educación física recreativa, arte, entre otros, la idea es no ser segregativo con una persona con determinado diagnóstico, sino generar redes de contención”.
D’Angelo enumera las acciones y cuenta que hay un dispositivo social laboral denominado el Gran Gallinero, elegido por los trabajadores. “Son once personas que han pasado por diversas problemáticas que tienen trabajo, se trata de un un espacio laboral donde ellos desarrollan su actividad. Lamentablemente en los últimos días las ponedoras fueron atacadas y aparecieron muertas”. Como ya se informó, ayer se solucionó con la llegada de las nuevas gallinas ponedoras