La Subsecretaría de Niñez, Adolescencia y Juventudes, creada bajo la dirección del intendente Waldemar Giordano, tiene como objetivo principal dar relevancia a la infancia y adolescencia en la ciudad. Liderada por Genoveva Peralta, su labor es colaborar con programas municipales como Envión, Sonriendo, el Jardín Maternal Personitas, y otros, enfocándose en la prevención y acompañamiento de las infancias.
Peralta destaca el crecimiento en la matrícula de programas como Envión, que ofrece a los jóvenes contención, talleres, aprendizaje de oficios, y apoyo escolar. Sin embargo, la creciente demanda refleja las dificultades que enfrentan las familias debido a la situación económica del país, lo que ha obligado a la Municipalidad a redoblar esfuerzos en la contención y, en muchos casos, también en la alimentación.
Peralta señala que la tarea diaria es compleja, ya que se trata de ofrecer apoyo integral en un contexto de crisis donde la vulneración de derechos, el maltrato y la indigencia son problemas recurrentes. El trabajo se realiza con un enfoque comunitario, con la intención de que los jóvenes se sientan escuchados y acompañados, pese a las limitaciones que enfrentan a nivel municipal.
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El trabajo de Genoveva Peralta se centra en la prevención y el acompañamiento a las infancias y adolescencias en la ciudad, donde existen varios centros de día y lugares dedicados a este propósito. Un ejemplo notable es el Programa Envión, que este año ha experimentado un crecimiento significativo en su matrícula. Este programa ofrece a los adolescentes espacios de contención, talleres y aprendizaje de oficios, proporcionando un acompañamiento integral en su proceso de crecimiento, con el apoyo constante del Estado Municipal.
A medida que pasan los meses, la situación se vuelve más complicada, reflejándose en un aumento considerable de la matrícula en todos los espacios, desde Personitas, que atiende a los más pequeños, hasta Envión, que incluye jóvenes de hasta 21 años. “Este incremento – dijo – está relacionado con la creciente necesidad de espacios de contención frente a las dificultades actuales. Las acciones del gobierno nacional, que a menudo dejan vacíos y situaciones de desprotección, afectan significativamente a la ciudad, incrementando la demanda de esfuerzo por parte de los gobiernos municipal y provincial. Actualmente, casi cien jóvenes participan en el Programa Envión, donde no solo reciben alimentos en el Taller de Cocina, sino también contención, acompañamiento educativo, y la oportunidad de aprender un oficio en un ambiente que los escucha y apoya diariamente”.
En un contexto tan desafiante para muchas familias, surge la pregunta sobre qué es más importante: la alimentación o la contención. Genoveva, la referente del programa, expresa que, “aunque el principal objetivo es la contención y el acompañamiento, la realidad ha llevado a que también se atiendan las necesidades alimenticias, algo que no debería ser responsabilidad directa del programa, sino es el resultado de la crisis nacional. Desde el Municipio se hace lo posible para mitigar los efectos de las políticas de ajuste que afectan la vida diaria de estos jóvenes, aunque las limitaciones son evidentes”.
La Municipalidad, con el apoyo del intendente, se esfuerza por no establecer límites en este acompañamiento, aunque reconoce que los recursos son limitados y el trabajo en estos espacios es principalmente de contención y escucha. A pesar de estas limitaciones, el objetivo principal sigue siendo el acompañamiento integral de los jóvenes.
Nos dice, “cada día, surgen nuevas situaciones complicadas que requieren intervención. El equipo también trabaja en conjunto con el Servicio Local de Promoción y Protección de los Derechos de los Niños, interviniendo en casos de vulneración de derechos, maltrato e indigencia. Se busca ofrecer un apoyo constante en el territorio, con un enfoque comunitario que permita a los jóvenes sentirse escuchados y contenidos a través de programas como Envión y Sonriendo”.
Las familias de estos chicos también sufren las consecuencias de la crisis, con ingresos que muchas veces no son suficientes para cubrir las necesidades básicas. “Esta realidad se refleja en el día a día de los jóvenes, ya que los padres se ven obligados a trabajar más horas, lo que puede aumentar los conflictos familiares. En estas circunstancias, la violencia y la desesperación son más frecuentes, lo que agrava aún más la situación de vulnerabilidad”, sostiene finalmente.