Tras la primera entrega de medicamentos en desuso de parte de los vecinos al Hospital para su reutilización, el farmacéutico Pablo Echenique calificó los resultados como muy positivos.
En esta iniciativa participan todas las farmacias de la ciudad, que reciben los medicamentos donados, los clasifican y luego siguen dos caminos: si están vencidos, se destruyen; si aún son utilizables, se entregan al Hospital.
“Nos está yendo muy bien; la gente se acerca para traer los medicamentos. Recolectamos dos tipos: aquellos que ya no pueden usarse debido a su fecha de vencimiento, y los que todavía tienen vida útil. Estos últimos los separamos en el Colegio de Farmacéuticos y, hasta ahora, hemos entregado a la farmacia del Hospital por un valor de 47 millones, además de eliminar alrededor de 20 kilos de medicamentos vencidos”, comentó.
Echenique explicó que actúan como intermediarios en la gestión de medicamentos en desuso y destacó “la enorme voluntad de la gente al entregarlos, muchas veces con una carga emotiva, ya que pueden ser que pertenecieron a un ser querido que ya no está. Algunos de estos medicamentos son de tratamientos oncológicos o especiales, difíciles de conseguir y de alto costo”.
La labor continúa con la participación de todas las farmacias de la ciudad
Cuidar el medio ambiente
Un aspecto crucial del programa impulsado por el Colegio de Farmacéuticos y la Municipalidad es evitar que los medicamentos en desuso sean desechados como residuos domiciliarios.
El farmacéutico, Pablo Echenique, explicó que la campaña surgió ante la necesidad de generar conciencia sobre la responsabilidad en el descarte de estos productos, dado que se trata de contaminantes emergentes.
“El Código Alimentario establece parámetros específicos para la calidad del agua que consumimos, y hoy en día, la presencia de medicamentos en el agua no es un tema menor, por lo tanto – sostuvo – si no tomamos las medidas correctas enfrentaremos problemas graves. Los medicamentos eliminados en basurales contaminan el suelo, las napas de agua y, eventualmente, el agua que consumimos”, advirtió Echenique.
También señaló ejemplos de situaciones a nivel mundial donde la contaminación por medicamentos desechados ha causado estragos. “En algunos ríos menos caudalosos de Europa, se han encontrado residuos farmacéuticos que no se desintegran. En el caso de los hormonales, como las pastillas anticonceptivas, pueden alterar la inmunología de animales acuáticos, lo que facilita su captura sin resistencia, afectando la cadena alimenticia al desequilibrar las relaciones depredador-presa”, explicó.
Es importante destacar que dentro del grupo de contaminantes emergentes de preocupación se encuentran productos farmacéuticos como analgésicos, ansiolíticos, antibióticos, antihipertensivos, hormonas esteroides, y drogas ilícitas, además de otras sustancias como aditivos, productos de cuidado personal, plaguicidas, y retardantes.